lunes, 25 de abril de 2011

Classmates


Aún no os habíamos contado nada sobre nuestras clases de inglés. Todos los días entre semana nos levantamos a las 7 de la mañana y vamos a la academia. El profesor nos llama las 'spanierds' o las 'tall spanierds'. María se empeña en hacer chistes de humor ejidense que aún le están pasando factura. Al teacher en cuestión le divierten mucho sus ocurrencias.

Os describimos la clase:
Un chino-ruso al que todos los países le parecen 'terribles'.
Un venezolano de 18 años al que le encanta el reggeton y al que no matamos, simplemente, porque es pequeño.
Un coreana que no se entera ni del nodo.
Otro coreano que es el hermanico pequeño de la María y tiene un registro de caretos interminable.
Un israelí (no comments).
Un mexicano que se ríe de todas las tonterías que decimos.
Una kazajistaní con unas gafas de diamantes.
Un saudí con cara de que con él no va la cosa.
Y más gente digna de admirá.

En esta foto no están todos. Algunos se han ido ya, otros van viniendo... y, creedme, ¡el listón va subiendo!
¡Un abrazo de las horquillas!

martes, 12 de abril de 2011

Summarizing

Este vídeo demuestra cómo degeneró el concierto. Empezó todo muy tranquilo, pero poco después estalló la locura. Un perfecto símil de nuestra vida en Vancouver. Pronto tendréis más noticias nuestras.

martes, 29 de marzo de 2011

domingo, 20 de febrero de 2011

Welcome party.

Ayer tuvimos una ¿fiesta? de bienvenida con nuestros compañeros y casero.

Un cuadro: cerveza, Radiohead, Arcade Fire y algún compañero más borracho que otra cosa. Fue divertido, pero ya sabemos que una imagen dice más que mil palabras. Así que.. ¿para qué escribir más?


miércoles, 16 de febrero de 2011

The Green House



El día 7 de febrero estrenamos hogar, un verdadero ejemplo de la Alianza de las Civilizaciones, oriente y occidente se unifican en 100 metros cuadrados. Nuestros compañeros son Kyosuke, Naoki y Tin. Dos japoneses y un tailandés, son realmente simpáticos. (Aunque hay que decir que es todo un poco cuadro)

El otro día hicimos una excursión por el barrio, necesitábamos víveres. Por el frío que hacía podía parecer que estábamos en Groelandia, pero por los comercios que nos rodeaban nuestra situación geográfica era más propia de Shangai. Todo es asiático, creo que vamos a empezar a tomar una tonalidad amarilla, espera... eso ya lo tenemos. Puede que de repente celebremos cualquier cosa, el Año Nuevo chino o el La Fiesta del Barco del Dragón...am... bueno, eso también lo hacemos.Total, que al final tan solo pudimos comprar productos made in China. Al día siguiente decidimos explorar las calles de nuevo, esta vez en búsqueda de un supermercado canadiense. Por fin entendíamos las etiquetas, además podías leerlas sin ningún problema ya que su tamaño era el de un folio de A4. Todos los productos eran tamaño XXL, ¡nuestro sueños se hicieron realidad!, botes de Nutella de 1,5 Kg.

Una vez de vuelta en casa disfrutamos de las primeras conversaciones con nuestros compañeros de piso. Es evidente que procedemos de culturas con escasas semejanzas, una de las grandes diferencias es nuestra capacidad de gesticular. Cuando empezamos a animarnos en la conversación, Naoki nos preguntó que si estábamos borrachas y Kyosuke qué si éramos artistas, pensaba que teníamos una extraña personalidad. Prometemos que no habíamos bebido, ojalá existieran en las tiendas botellas de vodka del mismo tamaño que la Nutella, pero no es así, aquí el alcohol solo se puede comprar en licorerías y además es carísimo.

Y por fin llegó el fin de semana (y la transferencia, hasta este momento éramos pobres). El sábado fue nuestra primera escapada nocturna. Quedamos con Pete, un amigo irlandés. Fuimos paseando hasta el centro para celebrar el Primer Aniversario de las Olimpiadas de Invierno, ejem.. celebrar cualquier cosa, eso es lo nuestro. La primera calle del recorrido fue Hasting Street, o lo que es lo mismo, introducirte en un capítulo de Walking Dead. Es una calle especial, por llamarla de una manera suave (hay madres leyendo este blog). En realidad, ¡qué más da!; son madres muy enrolladas. Es la calle de los yonquis, ¡pero son muy simpáticos!. Hasting Street contiene lo mejor y lo peor de Vancouver, pobreza en los soportales de las galerías de arte. Recorrimos la ciudad que estaba en fiesta, las calles cortadas llenas de gente, música, proyecciones...y todas esas cosas que te incitan a beber cerveza. Un rato después, se unieron varios factores: cena, bar irlandés, cerveza, risas, autobús, cumpleaños, gente, cerveza, taxi, fiesta en una casa, más gente, cerveza, guitarras, absenta.

Resultado: Liada.

Vuestras amigas cantando, bailando, tocando la guitarra y hablando con todo el mundo. Volvía a ser un cuadro, o un chiste. Estábamos: un irlandés, un neozelandés, unos mexicanos y un hindú. Además de otras diez personas cuyas nacionalidades no recordamos, otro resultado de alguno de los factores. Aunque todo sea dicho, nada que ver con una juerga a la española. A las cuatro estábamos en casa, después de una tarde y una noche intensas, felices de haber conocido a gente muy divertida. Empezamos a hacer amigos, que además son nuestros vecinos. Al salir de la fiesta nos dimos cuenta que estábamos muy cerca de casa. Pudimos volver andando, haciendo del camino de diez minutos, una hora repleta de chorradas. No hay que perder las buenas costumbres.

Ahora estamos muy aplicadas estudiando para nuestro examen de inglés, ya hemos decidido escuela. Queda poco para el fin de semana, nos han preparado una fiesta de bienvenida en casa. ¿Qué pasará? Ya os lo contaremos...

Gracias Blanca por regalarnos este blog.

Clik Aqui; TheNewPornographers-SingMeAspanishTechno. AverSiPillanLaIndirectaYmontanUnFiestón.

martes, 8 de febrero de 2011

MapadelossonidosdeVancouver


No ha pasado ni una semana desde nuestra llegada a Vancouver y ya guardamos historias para un mes.

Tras mil y una fiestas de despedida nos subimos a un avión, de lo más incómodo que conocimos, para cruzar el océano en más de 9 horas. Llegamos con un jet lag que nos hacía acostarnos a las 9 de la noche y despertarnos a las 7 de la mañana. Casi compramos potitos para cenar, como niños de 4 años…

El primer día, tras despertarnos a las 6 de la mañana, nos dirigimos al Downtown para ir fichando escuelas y así poder perfeccionar este inglés tan ibérico que aún tenemos. Sólo dábamos vueltas una y otra vez a las mismas manzanas. Y es que aquí casi todas las calles cruzan Vancouver entero. Nos perdimos un poco, sí. Pero fichamos a algún amigo que otro. Gracias al chubasquero discreto de María el Downtown entero ya sabía quiénes éramos. Otro apunte: esto es chinorrilandia. Todo está lleno de japos, tailandeses, coreanos y chinos. Una consecuencia de ello es que hay comida japo por todos sitios. Un auténtico placer.

Los canadienses son educados, simpáticos y amables casi de más. Como españolas, nos sorprende tanta amabilidad y educación: aquí es normal entrar a un supermercado y que el cajero te pregunte por tu día. En cualquier cafetería de barrio todo el mundo acaba en la misma conversación y al día siguiente todos se acuerdan de ti: de quién eres y de si necesitas algo.

A veces, da la sensación de estar viviendo en cualquier película americana: grandes coches, furgonetas del equipo A, super trucks, McDonalds 24 hours, 7eleven… además, en la televisión siempre ponen hockey, y rugby (vimos la SuperBowl, como buenas aprendices del nuevo continente). El sábado hicimos el brunch...! Uno de los mejores descubrimientos de aquí: sobre las 12 del mediodía haces un breakfast+lunch: es decir, te pones hasta el tranchete de comer bacon, huevos, salchichas, café...

Vancouver es una postal. Desde la ciudad se pueden ver las montañas nevadas y escuchas a las gaviotas que vienen de la playa y que graznan a la vez que los cuervos. Es una mezcla curiosa, aunque divertida. Mejor las gaviotas que las palomas ¿o no?.

Desde el segundo día nos propusimos encontrar piso cuanto antes: llamamos a mil números, mandamos cientos de emails y visitamos sitios... dignos de admirar. La anécdota más reseñable ocurrió el tercer día, cuando quedamos con una mujer que no paraba de toser, y cuando lo hacía, hablaba raro (no supimos ubicar su acento). Sólo os diremos que cuando fuimos a ver la segunda casa, la policía estaba deteniendo a los habitantes de la misma.

La policía canadiense mola, no es montada, pero son campechanos y simpáticos. Ayer mismo, nos hicimos amigas de dos policías en una cafetería: nos ofrecieron toda la ayuda e información posible y finalmente nos regalaron un pin de lucecitas de la policía. ¿Os imagináis en España a un guardia civil regalando una chapa de un tricornio?

Finalmente encontramos la casa: vivimos con chinorris y un casero joven especialmente amable. Nos envió un mail para convencernos de que esta era la casa adecuada para vivir. Ahora mismo estamos compartiendo habitación, pero a partir del mes que viene tendremos cuartos separados. Vivimos en la parte inferior de una casita en un barrio residencial... ya sabéis: árboles, césped, niños en bicicleta... Nuestro casero es la leche.

Tras haber conseguido hogar, pudimos relajarnos y empezamos a hacer vida con la gente joven que también se hospedaba en el albergue y de la que habíamos pasado hasta entonces. Un auténtico chiste: un irlandés, un inglés, un paraguayo, dos franceses, un australiano, un alemán... y nosotras, claro. El bar de enfrente del albergue es totalmente indescriptible. Abuelos con barbas largas y camisas de cuadros, alfombras sucias, billares y cerveza carísima. A pesar de esto, nos ha dado penilla despedirnos de nuestros nuevos amigos (los del hostal, no los de las barbas); así que estaremos en contacto.

Ahora, empieza una nueva etapa. Muchas gracias por leernos. ¡Nos acordamos mucho de todos!

Click aquí. ¡ArcadeFiresuenantodoelratoennuestracabeza!

lunes, 31 de enero de 2011

2 días..!

Esta es una prueba. En breve comenzaremos a publicar. ¡Sólo quedan 2 días para la gran aventura canadiense!