martes, 8 de febrero de 2011

MapadelossonidosdeVancouver


No ha pasado ni una semana desde nuestra llegada a Vancouver y ya guardamos historias para un mes.

Tras mil y una fiestas de despedida nos subimos a un avión, de lo más incómodo que conocimos, para cruzar el océano en más de 9 horas. Llegamos con un jet lag que nos hacía acostarnos a las 9 de la noche y despertarnos a las 7 de la mañana. Casi compramos potitos para cenar, como niños de 4 años…

El primer día, tras despertarnos a las 6 de la mañana, nos dirigimos al Downtown para ir fichando escuelas y así poder perfeccionar este inglés tan ibérico que aún tenemos. Sólo dábamos vueltas una y otra vez a las mismas manzanas. Y es que aquí casi todas las calles cruzan Vancouver entero. Nos perdimos un poco, sí. Pero fichamos a algún amigo que otro. Gracias al chubasquero discreto de María el Downtown entero ya sabía quiénes éramos. Otro apunte: esto es chinorrilandia. Todo está lleno de japos, tailandeses, coreanos y chinos. Una consecuencia de ello es que hay comida japo por todos sitios. Un auténtico placer.

Los canadienses son educados, simpáticos y amables casi de más. Como españolas, nos sorprende tanta amabilidad y educación: aquí es normal entrar a un supermercado y que el cajero te pregunte por tu día. En cualquier cafetería de barrio todo el mundo acaba en la misma conversación y al día siguiente todos se acuerdan de ti: de quién eres y de si necesitas algo.

A veces, da la sensación de estar viviendo en cualquier película americana: grandes coches, furgonetas del equipo A, super trucks, McDonalds 24 hours, 7eleven… además, en la televisión siempre ponen hockey, y rugby (vimos la SuperBowl, como buenas aprendices del nuevo continente). El sábado hicimos el brunch...! Uno de los mejores descubrimientos de aquí: sobre las 12 del mediodía haces un breakfast+lunch: es decir, te pones hasta el tranchete de comer bacon, huevos, salchichas, café...

Vancouver es una postal. Desde la ciudad se pueden ver las montañas nevadas y escuchas a las gaviotas que vienen de la playa y que graznan a la vez que los cuervos. Es una mezcla curiosa, aunque divertida. Mejor las gaviotas que las palomas ¿o no?.

Desde el segundo día nos propusimos encontrar piso cuanto antes: llamamos a mil números, mandamos cientos de emails y visitamos sitios... dignos de admirar. La anécdota más reseñable ocurrió el tercer día, cuando quedamos con una mujer que no paraba de toser, y cuando lo hacía, hablaba raro (no supimos ubicar su acento). Sólo os diremos que cuando fuimos a ver la segunda casa, la policía estaba deteniendo a los habitantes de la misma.

La policía canadiense mola, no es montada, pero son campechanos y simpáticos. Ayer mismo, nos hicimos amigas de dos policías en una cafetería: nos ofrecieron toda la ayuda e información posible y finalmente nos regalaron un pin de lucecitas de la policía. ¿Os imagináis en España a un guardia civil regalando una chapa de un tricornio?

Finalmente encontramos la casa: vivimos con chinorris y un casero joven especialmente amable. Nos envió un mail para convencernos de que esta era la casa adecuada para vivir. Ahora mismo estamos compartiendo habitación, pero a partir del mes que viene tendremos cuartos separados. Vivimos en la parte inferior de una casita en un barrio residencial... ya sabéis: árboles, césped, niños en bicicleta... Nuestro casero es la leche.

Tras haber conseguido hogar, pudimos relajarnos y empezamos a hacer vida con la gente joven que también se hospedaba en el albergue y de la que habíamos pasado hasta entonces. Un auténtico chiste: un irlandés, un inglés, un paraguayo, dos franceses, un australiano, un alemán... y nosotras, claro. El bar de enfrente del albergue es totalmente indescriptible. Abuelos con barbas largas y camisas de cuadros, alfombras sucias, billares y cerveza carísima. A pesar de esto, nos ha dado penilla despedirnos de nuestros nuevos amigos (los del hostal, no los de las barbas); así que estaremos en contacto.

Ahora, empieza una nueva etapa. Muchas gracias por leernos. ¡Nos acordamos mucho de todos!

Click aquí. ¡ArcadeFiresuenantodoelratoennuestracabeza!

3 comentarios:

  1. Queremos ver fotos del pin de lucecitas de la policia!! Un besote y mucha suerte guapas

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  2. gaviotas? ni mejor ni peor que las palomas, argggg, prefiero las avestruces!!
    veis, al final, los chinorris están en todos lados(llamarle chinorri en mi honor por favor), mientras no escupan en casa serán bien recibidos, mi calle esta llena de gapos!!que asco!!y se pasan todo el dia haciendo ruidos cómo si en ello se les fuera la vida, es......
    hermanicas disfrutad, y hasta la vista, jajajjajajajjajajja

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  3. aaaaaaaaaaaaaaains joder que envidia
    traerme algo o que? aunque sea un pin de la policia xD

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